31 Jul YO TAMBIÉN CAZO LEONES (O POBRE WALTER JAMES PALMER)
Mañana parto hacia Kenya. Es mi enésimo viaje al continente africano: Kenya, Sudáfrica, Etiopía, Uganda… Esta vez voy en uno de mis viajes fotográficos, con un grupo de ilusionados viajeros/alumnos/fotógrafos. Vamos a cazar. A cazar imágenes, por supuesto.
Partimos en medio del que ha sido, probablemente, el momento más convulso que recuerdo en las redes sociales. Y el protagonista es un dentista: Walter James Palmer.
Walter James Palmer, un dentista de Minnesota, ha sufrido escarnios, insultos y amenazas de muerte injustificadas durante las últimas semanas. Incluso ha tenido que cerrar su próspera clínica dental. Palmer ha realizado varias declaraciones para diversos medios americanos, aunque está recluido y sin poder salir a la calle, ya que frente a su clínica dental se convocan manifestaciones animalistas de protesta. ¿Por qué?. Todo lo que ha llevado a Palmer a esta insostenible situación ha sido la caza responsable del león más famoso de Zimbabwe, un macho icónico por su porte, su rango y su fotogenia: Cecil.
¿No nos estamos pasando? Cecil era sólo un macho. Hay más. Concretamente, las vagas estimaciones del número total de leones en África oscilan entre los 15.000 y los 35.000. Son muchos.
Además, Walter James Palmer, ha realizado algunos comunicados alegando que él es un apasionado de la caza mayor y que la realiza de forma responsable. Que obtuvo sus permisos, que pagó por el trofeo (unos 50.000 dólares americanos) y que no sabía que Cecil era un macho tan querido y adorado.
Que mala suerte tuvo Walter. Si el macho abatido hubiese sido otro, no hubiese tenido que afrontar tanta polémica. Y acerca del ensañamiento que la opinión pública está teniendo con este responsable cazador, creo que hemos personalizado en un solo hombre la opinión contraria que muchos tienen contra la caza mayor. Pobre Walter J. Palmer.
Per vamos a ver, Walter: ¿De verdad crees que eres un cazador responsable? ¿De verdad crees que la caza mayor puede ser responsable? ¿De verdad piensas que la exculpación al asesinato de Cecil es tener 50.000 dólares para pagar una licencia y haber contratado unos guías?
A Cecil se le disparó con un arco y una flecha; vagó malherido durante dos días hasta que, finalmente, fue rematado con un arma de fuego. Por cierto, Cecil estaba siendo motivo de estudio científico y llevaba un collar transmisor que fue escondido a las autoridades tras arrancárselo a Cecil del cuello, una vez muerto. Y, a riesgo de no contrastar las informaciones, también he leído en diferentes medios escritos, que a Cecil se le atrajo con comida hasta los límites exteriores del parque nacional en el que vivía, y dónde cazarlo era delito. Uy, sí, Walter: que responsable.
Seamos objetivos: el león (Panthera leo) está listado en el catálogo de especies en peligro de extinción que confecciona la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en su última y más reciente revisión, de junio del 2015. En algunos lugares de África, el león está clasificado como vulnerable, y en otros, como África occidental, su estatus es de “Critically endangered” (en peligro crítico de extinción). Su población total ha disminuido un 22% en los últimos años y las principales causas de esta disminución son la caza deportiva y los conflictos con las poblaciones humanas.
Walter, también cazaste rinocerontes. Pero claro, como tu eres un cazador responsable y yo un fotoperiodista poco riguroso, no me atrevo a afirmar si el rinoceronte con el que apareces en esta fotografía es el rinoceronte negro (Diceros bicornis) o el rinoceronte blanco (Ceratotherium simum). Y es que mientras el primero está en peligro crítico (Critically endangered), el segundo “tan sólo” está catalogado como casi amenazado (Near threatened). Así que, disparar contra un rinoceronte blanco, que sólo está “casi amenazado” sería mucho más responsable que hacerlo contra uno negro.
Nos escandalizamos cuando los furtivos locales de South Africa matan un rinoceronte o un elefante para poder vender sus cuernos por unos pocos dólares (el intermediario cobrará miles, ya que el peso del cuerno de rinoceronte supera al del oro en el mercado). De hecho, en algunos lugares de África, las autoridades combaten el furtivismo con fuego real, llegando a matar a cazadores furtivos: no, no me lo estoy inventando. Lo contaba en una conferencia a la que asistí el español Luis Arranz, que fue director durante varios años del Parque nacional de Garamba, en la República Democrática del Congo. Pero vemos responsable y legal la caza mayor, porque cuenta con permisos y porque los cazadores (responsables, por supuesto) pagan cifras desorbitadas por un trofeo.
Te voy a dar una tregua, Walter. Voy a aceptar que estamos personalizando en ti toda la incomprensión que sentimos hacia tu práctica irresponsable. Y también personalizamos en Cecil a todos los animales muertos por “cazadores responsables”. Y el problema no es Walter ni Cecil. El problema es la caza mayor.
Por supuesto, aquí hay implicados otros actores, como los guías profesionales (y probablemente legales) y los propios gobiernos. ¿Acaso Zimbabwe no ha cobrado esos 50.000 dólares por el permiso de Walter? ¿A qué viene ahora tanto escándalo por parte de las autoridades de ese país, que han declarado que perseguirán a los culpables hasta el final?. La caza mayor no es ilegal, pero es inmoral. Y no es ilegal por una voluntad política, porque tampoco era ilegal la esclavitud, ni el apartheid. Y ahora lo son. Así que, Walter, el argumento de la legalidad YA NO es suficiente, al menos para mi.
El problema es más de fondo, Walter. Tu pasión por la caza mayor es egoísta. Tu pasión resta biodiversidad al planeta y nos priva, al resto de los mortales, de poder garantizar y disfrutar de esos animales en el futuro. Y yo quiero que mi hijo, algún día, pueda ir a África y emocionarse con machos como Cecil.
Tu pasión resta vidas, Walter.
Como último apunte a este artículo poco riguroso y repleto de sarcasmo, escrito desde las profundas entrañas, os dejo este enlace: en él podéis firmar para que la compañía Delta Airlines deje de transportar trofeos de caza mayor de animales exóticos. Es algo que todos podemos hacer y si esta compañía lo prohíbe, tal vez otras compañías también lo harán.
Y me apuesto algo a que, si los cazadores no pueden volver a sus casas con sus preciados trofeos, tal vez la caza mayor descienda en parte. Y es que, la caza mayor, no es más que una triste muestra de patética virilidad.
Firma aquí para que Delta Airlines prohíba el transporte de trofeos de caza mayor.

Lion, (Panthera leo) in Masai Mara Reserve, Kenya.
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